Floralia de Nuestra Señora

En tu capilla, bajo la roca, nos llamas, oh flor de la paz. ¡Bella María! Desde el camino santo contemplamos tu santa ciudad, oh flor de las montañas. ¡Hermosa María! En el silencio de este alto lugar, sé esperanza, oh flor de los cielos. ¡llena de gracia oh María! La  voz  de los peregrinos canta tu gloria, oh flor de los santos. 

Cuando avergonzado vengo a verte, te llevas mi dolor, oh flor de la esperanza. ¡Bendita María! Que mi oración llena de fe encuentre maternal consuelo, oh flor de la alegría. ¡Dios te salve María!

Amén.

Oración del Peregrino 

Amado Jesús, tu que has querido que caminemos hasta este lugar, enséñanos a servir como María sirvió a su prima santa Isabel, que al caminar por este camino a la montaña sigamos el sendero de tu gracia y tu justicia. Que este sendero nos recuerde los caminos de tu predicación y ministerio en galilea y que estos mismos caminos sean para nosotros como el ascenso que hiciste a Jerusalén para experimentar la muerte y la gloria. Que al entrar en el recinto sagrado donde veneramos a tu madre Maria, experimentemos entrar en el hogar nazaret, en el lugar sagrado de tu santa casa. Permítenos oh Señor Jesús que de la mano de María santísima podamos elevar una plegaria de paz y de amor, y así encontramos el consuelo a nuestras dolencias, tristezas y aflicciones. Amén.

Virgen de La Peña

Tú seguirás haciendo el camino con nosotros. Nos meteremos dentro de tu corazón fiel. Queremos decirle al Padre que sí con toda el alma. Decirle que sí a la pobreza que no hace libres,  a la contemplación que nos hace luminosos, a la cruz que nos hace fecundos. Que experimentemos siempre tu presencia en nuestra vida. Que al bajar del cerro, cuando nos encontremos otra vez con lo difícil y lo triste, con lo alegre y lo esperanzado,  oigamos siempre una voz que nos está diciendo desde tu corazón bondadoso y tierno:

“Aquí tienes a tu madre”.

Oración de consagración 

Así como el Padre te ha elegido oh María Para ser su sierva inmaculada, la esposa de José y la madre de su amado Hijo y de la Iglesia entera. Así mismo te elijo en este dia como la guía de mi vida y te consagro a tí mi alma y mi cuerpo. Todo lo que hago y todo lo que tengo.

Intercede en unión con el Espíritu Santo tu divino esposo para que yo pueda  recibir al Padre en lo profundo de mi corazón el cual es el lugar del encuentro y el discernimiento. Ayúdame a permanecer en comunión con los misterios de tu Hijo, especialmente el misterio de su ofrenda amorosa.

Intercede por mí, para que Jesús pueda vivir su misterio amoroso en mi vida. Ruega por mí para que yo sea obediente y deseoso de hacer únicamente la voluntad del Padre misericordioso

Amén.

Oración del Peregrino

Que mis pies sean guiados por la dulce voz de la Madre Celestial. Que mi vida sea protegida por la Vida de la Madre del Mundo. Que Mis oídos escuchen la cálida voz de los ángeles de la Reina del Cielo. Que mis ojos solo vean el Amor de Dios, reflejado en el corazón de cada hermano. Que mi pequeña alma sea partícipe de la proclamación de la Nueva Humanidad. Que mi camino de confianza en Dios sea vigilado por el Amor de Jesucristo. Que todos, como cristianos, anunciemos la victoria de la Buena Nueva en el mundo. Que nunca me canse de caminar hacia Cristo. Que nunca olvide resguardar la Esperanza Eterna. Que todos alcancen el Camino definitivo de unión con Dios. Que, como peregrino, sostenga la antorcha de la Paz de la Virgen María y del Sagrado Corazón Redentor de Cristo Jesús.

Amén.

Ofrecimiento

He querido que seas mi patrona, he aprendido a quererte y rezarte. Estoy aquí para ofrecerte lo poco que soy, lo poco que tengo. Madre, Virgen de la Peña, sé Tú mi maestra, sé Tú mi modelo, para que pueda comprender el misterio de tu Hijo desde lo que soy, desde lo que tengo, desde esta vida mía. Madre, Virgen de la Peña, vuelve hacia mí tus ojos que yo los he puesto ya en Ti. (se reza tres Ave Marías)

El Angelus

V. El ángel del Señor anunció a María.

R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo

Todos: Dios te salve María...

V. He aquí la esclava del Señor

R. Hágase en mí según tu palabra

Todos: Dios te salve María...

V. Y el Verbo se hizo hombre

R. Y habitó entre nosotros

Todos: Dios te salve María...

V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracia de nuestro Señor Jesucristo.

Oremos: Derrama, Padre, tu gracia en nuestros corazones que has iluminado ya con el conocimiento de la Encarnación de Jesucristo, tu Hijo, anunciada por el ángel a la Virgen; condúcenos por medio de Su pasión y de Su muerte a la gloria de la Resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

   Bajo tu amparo

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades antes bien líbranos de todo peligro ¡oh Virgen gloriosa y bendita!


La Salve

Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.

A ti clamamos lo desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

¡Ea!, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Bendita sea tu pureza

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.

A ti, celestial princesa, Virgen y Madre María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón.

Mírame con compasión, no me dejes, madre mía, en la última agonía de mi muerte. Amén.

La pequeña consagración

¡Oh Señora mía, oh Madre mía!

Yo me ofrezco todo a ti, y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón: en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad, guárdame, defiéndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya. Amén.

Consagración a María

Querida y tierna Madre mía, María, ampárame, cuida de mi inteligencia, de mi corazón y mis sentidos para que no cometa nunca el pecado.

Santifica mis pensamientos, afectos, palabras y acciones para que pueda agradarte a ti y a tu Jesús y Dios mío y contigo llegue al Paraíso.

Jesús y María denme su santa bendición: en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

(P.Alberione)

Madre de la Esperanza

Tú eres la Madre de la esperanza.

Mirarte a ti, Madre es ver una solución. En la misma noche nos das la confianza para decir a Jesús: quédate con nosotros porque el día ya declina. Para ti, oh María, ya no hay noche, vives en el día eterno de la gloria, donde ya no hay sol ni luna ni templo porque tu claridad y tu templo es Jesús, tu Hijo que resucitó.

A nosotros también, haznos ver a Jesús, la Luz del mundo. Desde la mañana haznos respirar el aire fresco de la primavera eterna que es la gracia, Dios presente que nos llena y nos transforma. En todo el día haznos hablar con tu Sí en los labios y callar con el mismo Sí en lo hondo del corazón.

Haznos sentir en toda la vida en enlace absoluto que nos une a Jesús y a todos nuestros hermanos. Haznos vivir por el Reino de Dios. Junto a Él, quédate con nosotros oh Madre de la esperanza.

Oración a María

Virgen María, madre de Dios, dame un corazón de niños, puro y transparente como el agua de una fuente. Un corazón sencillo que no se goce en la amargura de las tristezas. Un corazón grande para darse y compasivo. Un corazón fiel y generoso que no olvide ningún beneficio ni guarde ningún rencor.

Dame un corazón bondadoso y humilde, que sepa amar sin esperar recompensa alguna, que se alegra de ser pospuesto por los hombres, cuando tu voluntad lo exija.

Dame un corazón grande y valiente, que no se cierre por ninguna ingratitud, ni se canse por ninguna indiferencia. Dame un corazón atormentado sólo por la gloria de Jesús, tu Hijo, herido por su amor con una herida que no sane, sino en el cielo. Amén

María de la Iglesia

Oh Dios, Tú has querido hacer de la  Virgen  María la figura de la Iglesia.

Ella recibió a Cristo y lo dio al mundo. Envía sobre nosotros a tu Espíritu Santo para que estemos pronto unidos en un solo cuerpo e irradiemos a Cristo en torno de los hombres que no pueden creer

Congréganos a todos en la unidad visible para que la Virgen María y todos los santos, testigos de Cristo, exultemos en ti, nuestro Salvador, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

Bendición

Que los caminos se levanten para encontrarnos, que el viento sople suave detrás de nosotros, que el brillo del sol siempre ilumine nuestros rostros, que baje la lluvia abundante para nuestros campos. Hasta que nos encontremos de nuevo, que La Virgen nos sostenga en la palma de su mano. 

Amen.

Oración a Nuestra Señora de la Peña 

Ante ti, Virgen de la Peña, Madre de Dios y Madre de los hombres, agradecido por tu inmensa bondad, por tu intercesión por nosotros ante tu Hijo Jesús -Nuestro Señor-, Yo humildemente postrado a tus pies imploro tu protección y amparo cada día de mi vida, y tu auxilio en la hora de mi muerte. ¡Oh! clementísima, ¡oh! piadosa, ¡oh! dulce Virgen María, no te olvides de todos los que amo...Vela por la iglesia y sus ministros, socorre a los necesitados, a los hambrientos, consuela a los afligidos y a los que sufren. Atiende a los que padecen la guerra, la injusticia, muévelos a respetar a la persona, la vida, la libertad. Sé la abogada de nuestros pecados, líbranos del mal .Tú, María, la llena de gracia. Amén.

S.M.P, A&P

Enviar Peticiones a la Virgen


"A Jesús por María"